“Robot Dreams”: Reseña De La Película Animada

Robot Dreams: Un Viaje Emocional en la Nueva York Animada

Robot Dreams, la película de animación dirigida por Pablo Berger y basada en la novela gráfica homónima de Sara Varon, no es simplemente una película infantil, sino una conmovedora reflexión sobre la amistad, la soledad y la pérdida, ambientada en una Nueva York de los años 80 poblada por animales antropomórficos.

La historia se centra en Dog, un perro solitario que decide comprar un robot (Robot) para combatir su aislamiento. Rápidamente, entre Dog y Robot surge una profunda amistad, llena de juegos, paseos por Coney Island y momentos de complicidad. Su vínculo es genuino y enternecedor, capturando la esencia de la conexión incondicional que a veces encontramos en la vida.

Sin embargo, su felicidad se ve interrumpida abruptamente cuando, durante un día de playa, Robot queda varado en la arena debido a una avería. Dog, a pesar de sus esfuerzos, se ve obligado a abandonarlo, prometiendo volver cuando la playa reabra en invierno. La espera se convierte en un tormento para ambos. Robot, inmovilizado, experimenta una serie de sueños oníricos, a veces alegres, a veces angustiantes, que reflejan sus anhelos y sus miedos. Dog, por su parte, intenta seguir adelante, abriéndose a nuevas experiencias y conociendo a otros personajes, pero la sombra de Robot siempre está presente.

La película destaca por su animación sencilla pero expresiva. Los personajes son adorables y sus emociones son transmitidas de manera efectiva a través de sus gestos y miradas. La ambientación en la Nueva York ochentera es un acierto, recreando con detalle y nostalgia una época vibrante y llena de contrastes. La banda sonora, sin diálogos, es fundamental para la narrativa, complementando las imágenes con melodías emotivas que realzan el impacto de cada escena.

Robot Dreams es una película que te atrapa desde el primer momento y te lleva a través de una montaña rusa de emociones. La ausencia de diálogos no es una limitación, sino una fortaleza, permitiendo que la historia se cuente a través de la imagen y la música, apelando directamente a las emociones del espectador.

Más allá de la historia de amistad entre Dog y Robot, la película plantea preguntas universales sobre la naturaleza de las relaciones, la importancia del recuerdo y la capacidad de seguir adelante tras la pérdida. Es un recordatorio de que incluso en la soledad podemos encontrar esperanza y que la vida, aunque a veces dolorosa, siempre ofrece nuevas oportunidades. Robot Dreams es una joya de la animación que permanecerá en la memoria mucho tiempo después de haberla visto. Una película para reflexionar y para emocionarse.


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